Olé, olé/ Olé, olá!/ Mirá las sierras, que lindas están/ que si las tocan que quilombo se va armar.

El pueblo cordobés sigue dando batalla. Los problemas socioambientales que el capitalismo extractivista nos deja en nuestros territorios, suscitan resistencias con saldos organizativos cada vez más fuertes. Primero la soja y sus fumigaciones, después el intento de instalación de Monsanto en Malvinas, los basurales a cielo abierto, los desechos cloacales sin tratamiento y una larga lista de acciones contaminantes por parte de las grandes empresas por sobre la vida del pueblo. Esta vez, el problema es una autovía de montaña que atravesará las Sierras de Punilla en su ladera oeste, desde San Roque, hasta la Cumbre, rompiendo toda su belleza. Además es una zona que -en función del Ministerio de Ambiente de Nación- es considerada zona roja, es decir de alto valor de conservación de sus bosques, por lo que no puede ser transformada. La traza donde se pretende realizar la autovía arrasa un yacimiento de uranio altamente contaminante que dejará contaminación y radiaciones durante años, además de perjudicar la función natural de la sierra que evita inundaciones y sequías agravando las crisis hídricas de la zona. Otra cosa sorprendente es que las sierras chicas, al ser producto del choque de dos continentes dado hace millones de años, están compuestas por una roca que no es maciza como la de las altas cumbres. El granito de estas sierras se desmorona naturalmente porque es resultado de años de acumulación de capas de sedimentos sobre otros. Esto ya fue descubierto por los originarios del altiplano que quisieron construir sus terrazas de cultivo en estos lados y prontamente desistieron, dándoles el nombre de “caracha orko”: cerro que se desarma: hoy, miles de años después, la autovía sería un peligro constante.

Ni el gobierno nacional, ni los gobiernos locales, desconocen todo esto

El problema es otro.  El sistema capitalista establece zonas de sacrificio y zonas de beneficio. Las zonas de sacrificio, son aquellas donde se instalará la industria, centrales de energía y otras actividades económicas contaminantes.  Estas zonas son necesarias para la expansión capitalista y no se prevé su conservación. Las lógicas de la planificación territorial tienen que ver con esos intereses y no con los de los habitantes de esas zonas, que en el mejor de los casos pueden mudarse, convirtiéndose en exiliados ambientales.  En el caso de Punilla, la autovía de montaña en cuestión, es parte de un corredor bioceánico, proyectado por la I IRSA e impulsado por la UNASUR que conecta, en parte de su recorrido, el centro de Córdoba con los puertos de Chile. La intención es mejorar la salida de la producción Argentina hacia afuera. La misma lógica de las trazas férreas que los ingleses nos dejaron en el siglo 19.

De realizarse esta obra, la ladera de la sierra que va desde San Roque hasta la Cumbre quedará devastada, destruyendo lo poco que queda del bosque y la fauna nativa, arruinando la principal actividad de la zona que es el turismo y transformando a los pueblos de la ruta 38 en pueblos “dormitorio”.

Frente a esta situación de explotación total de la naturaleza, todo el arco político burgués está alineado detrás de esta obra: UPC  (**) lo encabeza y lo acompañan el radicalismo local en su alianza con cambiemos. La estrategia que sostienen es presentar la autovía como una obra en sí misma, sin conexión con el resto del corredor y pretender que mejorará la conectividad local.  Durante la audiencia pública iniciada el 11 de mayo donde se discute el Estudio de Impacto Ambiental que avala el proyecto, pasaron algunos intendentes y jefes comunales que expusieron a favor de la autovía por la montaña. Estuvo presente Mariana Caserio, presidenta del PJ local y legisladora, defendiendo el proyecto, así como también trabajadores y trabajadoras municipales que sin ningún argumento se posicionaron a favor, claramente por miedo a quedarse sin trabajo.  Las y los funcionarios expusieron todos juntos el primer día, revelando una clara manipulación del orden de oradores.  Además, lo hicieron rodeados de policías que no dejaban pasar a muchos vecinos ni vecinas al recinto. Este nivel de violencia, sólo se explica en el marco del capitalismo y el Estado que lo sostiene. Todo está pensado para cumplimentar requisitos formales para iniciar la obra.

Sin embargo, el crecimiento de la organización se encuentra enfrentando la deslegitimación, por parte del poder político, de las asambleas vecinales en lucha. Las y los vecinos de la zona no dudaron ni un segundo en sostener un acampe en la puerta de la audiencia pública que se está llevando a cabo en la localidad de Santa María de Punilla, desde el viernes 11. Allí, aguantan los más de cinco días que ya llevan exponiendo los 900 oradores.

La organización vecinal es altamente valiosa, durante estos meses las asambleas crecieron exponencialmente y se realizaron muchísimas acciones autogestionadas. A lo largo de estos meses, va quedando claro que el pueblo es quien debe gobernar y no los representantes de la burguesía que gestionan la devastación capitalista. La audiencia pública, se transformó en un foro vecinal, a partir del segundo día, los y las oradoras comenzaban con un párrafo acordado entre las asambleas posicionándose en contra de la traza por la montaña, una simple formalidad, y luego utilizaban el resto del tiempo para lanzar críticas al sistema o hacer propuestas programáticas en torno a la necesidad de una alternativa política independiente. Hubo risas, llantos, abrazos, cánticos, emociones profundas. Lxs vecinos coparon virtualmente la sala de la audiencia, hubo tambores, música y hasta ponencias magistrales en momentos de descanso. La audiencia se transformó en una verdadera universidad, donde cada quien aportaba al conocimiento colectivo sobre el tema y sobre las necesidades de avanzar políticamente.

Luego de la audiencia, las acciones continúan, como siempre acordadas y respetadas por todxs. Pero aunque paremos la autovía por la montaña, el capitalismo seguirá insistiendo con su devastación ambiental. Por eso, para terminar con la muerte, es necesario dejar de entender la naturaleza separada del ser humano y terminar con las lógicas de mercado que planifican nuestras vidas. Creemos que la única salida frente a la destrucción de nuestro ambiente, es una planificación territorial y económica que tenga en cuenta la armonía de la naturaleza y la respete. Creemos en una planificación donde decida el pueblo según los intereses del colectivo.  En tres palabras: una planificación socialista.

¡Abajo la Autovía por la Montaña!

Exigimos la renuncia de Javier Britch, Secretario de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de córdoba.

Por la construcción de una alternativa política desde el pueblo y para el pueblo.

¡Paso, paso, paso, se viene El Punillazo!

 

Notas:
(*) IIRSA: Integración de la Infraestructura Regional Suramericana.
(**) UPC: Unión por Córdoba – partido del actual Gobernador de la Provincia, Juan Shiaretti.

– Foto: Hagamos Eco

 

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