Luego de varios años de exigir nuestro derecho al aborto legal, seguro y gratuito, el gobierno de Macri anunció la apertura del debate en el Congreso. Nuestra tarea: ¡permanecer en las calles y en lucha para lograr la aprobación de la ley por nuestro derecho al aborto legal, seguro y gratuito!

Tras varios años de grito organiza­do en las calles, exigiendo nuestro derecho al aborto legal, seguro y gratuito, el gobierno de Macri anunció que otorgaría la posibilidad del debate so­bre la despenalización y legalización del aborto en el Congreso.

Ante tanta avanzada feminista, el go­bierno toma nota y pretende impulsar con la “feminización de su política” el tan esperado lugar en el Congreso a un debate que desde el campo popular venimos em­pujando hace años.

Como modo de contrarrestar las re­formas implementadas que aumentan los niveles de pobreza y precarización, a la par que garantizan mayores riesgos y exposiciones ante situaciones de opresión patriarcal, el gobierno de Cambiemos uti­liza el avance impulsado por millones de mujeres que nos organizamos en contra de todas las violencias y busca incursio­nar en una línea discursiva surgida de los equipos de campaña de Cambiemos. Realiza así, por ejemplo, una reunión de gabinete ampliado pero sólo de mujeres y el mismo Mauricio Macri se presenta como un “feminista tardío”.

A la par, la directora del Instituto Na­cional de las Mujeres y coordinadora de la ONG La Casa del Encuentro, Fabiana Tuñez, alineada con el gobierno desde los comienzos de la gestión de Cambiemos, dijo que “el cambio vino para quedarse” (en alusión a las políticas de género del macrismo) y afirmó que “estamos ha­ciendo lo que había que hacer hacía mu­cho tiempo, con valentía, con coraje y escuchando a la sociedad” ya que “el año pasado el Gobierno invirtió 900 millones de pesos en políticas de género, y eso es un hecho histórico”.

Sin embargo, a menos de dos días de haber realizado este anuncio, su mismo equipo PRO comenzó a instalar una línea dura “pro-vida” devenida de su estrecha relación con la Iglesia. Tal es el caso de Esteban Bullrich, ex ministro de Educa­ción con vínculos cercanos al Opus Dei, quien sostuvo que “hay que evitar que la mujer llegue a la situación de pedir que maten a su hijo” argumentando que des­de el momento de la concepción existe una “vida” que para el Estado es sujeto de derechos. Ni mencionar la bochornosa actuación de Elisa Carrió rezando en el Congreso y exigiendo posponer el debate “porque estamos en cuaresma”.

Siguiendo con esta línea, en el Consejo Nacional del PRO se busca marcar un pre­cedente partidario. Es que, la nueva pre­sidenta del Consejo Nacional de Mujeres del PRO, en reemplazo de Soledad Acuña, será la diputada nacional por Corrientes, Sofia Bambilla, quien ya se anunció pú­blicamente un claro rechazo a la despe­nalización del aborto.

Mientras tanto, en la realidad de nuestro país se estiman entre 370.000 y 520.000 abortos por año. En el período 2014-2016 las muertes por abortos insegu­ros en Argentina representaron el 17% del total de las muertes de personas con ca­pacidad de gestación, más de 47 por año. La prohibición y criminalización cuando decidimos sobre nuestro cuerpo y la obli­gación a la clandestinidad para realizar­nos un aborto en condiciones inhuma­nas, también es otro factor de desprecio ante nuestra vida.

Como contraparte para las que pue­den pagarlo, las pastillas de misoprostol cuestan alrededor de los $3mil, y un abor­to clandestino en clínicas privadas cuesta entre $10mil y $17mil. El 80% de las muje­res accede a un salario mínimo menor a los $10.040 por mes.

Por otra parte, si bien en 2015 el Mi­nisterio de Salud de Nación lanzó el “Pro­tocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo”, el cual está diseñado en base a la comprensión fundamental de que todo el personal de salud es res­ponsable de garantizar y no obstruir el derecho a interrumpir una gestación, no todas las provincias lo implementaron ni se rigen por el mismo. Por lo tanto, cada provincia o municipio tiene la posibili­dad de implementar otro protocolo según acuerdos políticos regionales específicos. Y en aquellas que sí está implementado, no se brinda la atención ni el seguimien­to necesario para realmente garantizar el derecho de modo integral: los efectores de salud no cuentan con la medicación, se da libertad de acción para que el personal se inscriba como “Objetor de conciencia”, y el médico o el personal puede negarse a realizar un aborto no punible, incluso incumpliendo la condición de garantizar alguien en el servicio o la institución que deba realizar el aborto igual.

Esto deja a muchísimas mujeres y personas con capacidad de gestar frente a la imposibilidad de acceder a este dere­cho, y las empuja a métodos inseguros y clandestinos, cuando no a maternidades forzadas que no fueron deseadas. A esta situación se le suman los maltratos insti­tucionales con los que son violentadas en muchos de los hospitales o centros de sa­lud, en algunos casos el mismo personal hospitalario llega a realizar denuncias ante la justicia patriarcal, promoviendo así la criminalización y la cárcel de las mujeres pobres, que son quienes llegan a estas situaciones. El caso de Belén en Tucumán – quien gracias a la lucha del movimiento feminista, de mujeres y disi­dencias fue absuelta- fue un claro ejem­plo de ello.

Ahora, gracias a la lucha que hace más de 14 años venimos dando desde el movimiento organizado y junto a la Cam­paña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito hemos logrado que el martes 20 de marzo comience la discusión por la despenalización y la le­galización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en plenario de comisiones del Congreso de la Nación. La metodolo­gía de trabajo elegida prevé discutir dos meses, comenzando con los proyectos a favor de la interrupción voluntaria, para considerar luego los que se oponen a la despenalización: 2 que prohíben el abor­to y otros 4 que proponen convocatorias a consulta popular.

La iniciativa que cuenta con más res­paldo es la impulsada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, presentada el pasado 6 de marzo por séptima vez y que contó con el apoyo de 72 firmas de diversos bloques políticos. La mecánica sería agrupar a las y los expositores según los temas (ética, temas sanitarios, salud, ciencia), dando paso luego a sectores de la sociedad, las ONG, la comunidad científica y médica o la Iglesia.

Con organización popular: ¡aborto legal ya!

Desde el movimiento de mujeres y di­sidencias venimos insistiendo hace mu­cho tiempo: no se trata de creencias, se trata de una política pública de salud re­chazada por todos los gobiernos que deja un saldo de 3 mil mujeres muertas por practicarse abortos clandestinos en de­mocracia y sobre la cual hay que avanzar ya. Mientras así no sea, son femicidios de Estado que se podrían evitar. Hay que des­tituir la idea de que la mujer es la respon­sable tanto de quedar embarazada como de necesitar realizarse un aborto cuando desde el Estado no se garantizan nuestros derechos para no llegar a gestaciones no deseadas. Nuestros cuerpos son nuestros y tenemos que decidir sobre ellos y la pla­nificación de vida que queremos.

Hasta que eso finalmente no suceda vamos a seguir saliendo a las calles ha­ciendo temblar el mundo, esta vez con pañuelos verdes. La anticoncepción no puede pasar solamente por nuestro cuer­po y hay que desterrar toda violencia ejer­cida sobre los mismos para que nuestras vidas valgan realmente y podamos vivir libremente.

 

¡Educación sexual integral para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir!

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