El gobierno cerró el 2017 y comenzó el 2018 con una nueva tanda de despidos masivos en el Estado, dando vía libre para despedir y ajustar en el sector privado. A eso se suma el techo salarial que quiere fijar en un 15% muy por debajo de la inflación. Por último, habiendo pagado un gran costo político con la reforma previsional, pretenden imponer la reforma laboral que quedó congelada como paquete de reformas legislativas avanzando sector por sector, aprovechando conducciones sindicales como la de los aceiteros de San Lorenzo (que no pertenecen a la Federación), Unión Ferroviaria, SATSAID, Petroleros o la UOM, entre otras.

La amenaza de despidos masivos o el ajuste a la organización gremial (como sucede con el quite del 1% de aporte solidario a bancarios), funciona como una extorsión para los gremios donde no puede meter “carpetazos”. En esa línea dieron un primer paso en el sector docente restándole incidencia decisiva en la paritaria a la CTERA, gremio mayoritario.

Unidad en las calles para vencer

El único camino es organizar la bronca que crece por abajo y salir a luchar en unidad de acción en las calles. Las movilizaciones promovidas por sectores burocráticos, independientemente de las motivaciones de las conducciones, ofrecen la posibilidad de intervenir junto a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras y superar sus limitaciones, tal como ocurrió en marzo del año pasado cuando la CGT se vio desbordada y obligada a convocar a paro general días después.

En un contexto de multiplicación de los conflictos por despidos, las movilizaciones del 15 y 21 llegan a destiempo. El paso lo vienen marcando los trabajadores y trabajadoras de INTI, FANAZUL, YC Río Turbio, los ingenios azucareros de Salta y Jujuy y Hospital Posadas, que durante enero estuvieron en sus lugares de trabajo y en las calles enfrentando el ajuste del macrista y de los gobernadores. Pero para que triunfen esas luchas hay que apostar a intervenir con fuerza en estas convocatorias que, por cuestiones de mezquindad y disputa de aparatos, no confluyen y reproducirán la misma injustificada y artificial división que se produjo el 29 de noviembre y 6 de diciembre pasados con movilizaciones separadas.

Desde el protagonismo de los conflictos y sectores en lucha, empalmando con las experiencias combativas y antiburocráticas ya consolidadas, los sectores democráticos, de lucha del movimiento obrero debemos poner el eje en la más amplia unidad de acción en la calle, para masificar las luchas y orientarlas hacia su triunfo.

Este planteo es el que llevaremos desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs al Encuentro abierto de los sectores en lucha convocado por los trabajadores y trabajadoras del Hospital Posadas para el sábado 17 de febrero, con el objetivo fundamental de evitar el aislamiento y el desgaste paulatino de los conflictos, cuando se empantanan y no logran construir una posibilidad concreta de triunfo que cimiente la moral combativa del conjunto de las y los laburantes en lucha.

Desde estos incesantes esfuerzos de organización y movilización desde las bases, debemos imponer la necesidad del paro general con plan de lucha unificado, para que estas acciones masivas no terminen en medidas aisladas y sin proyección.

¡Ganemos las calles contra los despidos, el ajuste y la represión, por paritarias libres y sin techo!

¡Impulsemos desde abajo un Paro nacional activo y plan de lucha unificado!

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