El SUTE inició una campaña de denuncia contra el ajuste en educación. Desde la la conducción provincial se viralizó hoy, a través de los medios, un informe que muestra el doble recorte vive el sistema educativo desde 2015: se redujo por un lago, el presupuesto total del Estado y, además, se redujo la participación de educación en el presupuesto provincial total en casi 6 puntos.

Desde el SUTE se convocó, además, a toda la comunidad educativa a sumarse a la lucha por un presupuesto educativo acorde a las necesidades de las escuelas, de los estudiantes y los/as trabajadores/as que día a día sostienen un sistema en crisis.

Reproducimos el comunicado emitido por el sindicato:

#MÁS (para) EDUCACIÓN: Sumate a la campaña

¿La educación es prioridad en Mendoza? ¿Qué es lo básico para saber si hay una apuesta política en educación?

Dime en qué gastas y te diré…

Un gobierno que priorice la educación, no puede sacarle lo que tiene. Al contrario, mejora e invierte más. Pero no es el caso de Mendoza, según el informe elaborado por el Centro de Investigaciones de Economía Crítica de nuestra provincia. Cuando el gobierno de Alfredo Cornejo asumió en diciembre de 2015, el presupuesto para educación representaba un 25,2% del total provincial. Éramos una provincia que asignaba un cuarto de sus recursos al sistema educativo. Sin embargo, desde entonces, como puede verse (Gráfico 1), la educación cada vez se prioriza menos hasta llegar a un 20,1%. Cuando comparan los valores nominales con su poder real adquisitivo frente a la inflación (18% para el 2018), los 19 mil millones de pesos anunciados con bombos y platillos para la educación, este año, tienen el valor de $16.840.174.208 del 2017. En términos reales, son $3.683.702.588 menos desde el 2015.

Más grave aún: la educación es la rama del presupuesto provincial con más caída de participación y con más baja real. No se trata de que todos los aspectos del gasto estatal se redujeran por igual. Al contrario: en estos tres años, Educación es la que más cayó, mientras que otras áreas subieron o se mantuvieron. Por ejemplo, el pago de deuda y el gasto en “seguridad” subieron durante estos años de “austeridad”, que maliciosamente llamamos de ajuste. Es curioso que se haya ahorrado más, porcentualmente, en educación que en los gastos del poder legislativo. Tal vez, este gobierno tenga la extraña fantasía de que se puedan eliminar las consecuencias sin atacar las causas. Reducir la educación es garantizar que persistan y se agraven muchos de los problemas asociados al “delito”. Ni qué decir de la pobreza, que se aleja del “cero”.

Aquí aparece el último dato que evidencia el descaro oficial. En el informe puede leerse que el presupuesto provincial para el 2018 es, en términos reales, 3% más alto que el presupuesto del 2015. Pero lo destinado a Educación sigue cayendo. La síntesis del informe es que hay un doble ajuste en educación: por un lado, cayó cada año el monto invertido, en términos reales. Pero, además, cae la participación de educación en el total del presupuesto provincial. Por supuesto, tratándose de un presupuesto donde el peso más importante lo tienen los salarios de docentes y celadores, la principal -pero no la única- vía de ajuste, fue la reducción de esos salarios, en términos reales.

 

Mendoza,  entre las notas más bajas de la clase

Mendoza se enorgullece frente a otras provincias por políticas como el ítem aula, pero eso solo muestra el cinismo de nuestros tiempos de “cambio”. Porque Mendoza se está colocando entre las provincias que menos priorizan en Educación. En Córdoba, el presupuesto educativo representa más del 30% del presupuesto provincial. En Neuquén, un 28%. En provincia de Buenos Aires, un 26%. En Mendoza, estamos por perforar el piso del 20%.

Básicamente, el gobernador ha entendido que hay que sacarle a educación para gastar en otros aspectos. ¿Esto tiene consenso social? ¿Es estratégico?

 

¿Quién arregla las escuelas?

Alguien puede estar pensando que esto no se condice con anuncios oficiales en los que se asegura que se está invirtiendo cada vez más en infraestructura escolar. Esta afirmación oficial es una verdad a medias y conviene tomarla de ejemplo. Por un lado, contrasta con la experiencia concreta y palpable: tenemos cada vez más escuelas inhabilitadas que han debido ser trasladas enteras por el peligro que implican sus edificios. Segundo, contrastan con los datos de ejecución de lo presupuestado. El gobierno provincial asignó más recursos para infraestructura escolar, pero gastó menos de lo que prometió. Se llama subejecución. En el 2016, se ejecutó un 40% de lo asignado a Infraestructura escolar. Y en el 2017, un 62%.

Pero, efectivamente, la inversión en Infraestructura escolar ha subido. Si se compara lo presupuestado para erogaciones de capital en 2018 con lo ejecutado en dicho rubro en 2017, se observa que aumenta un 204% (aunque luego pueda ejecutarse menos, como viene sucediendo). Por lo tanto, hay algo aún más cínico al respecto. Si Educación se reduce en el presupuesto cada año, pero aumenta en infraestructura escolar, significa que estamos en presencia de una transferencia de ingresos. Lo que revelan los datos es que el gobierno provincial tomó la decisión política de hacerle pagar a los docentes y celadores, con la reducción de su salario, el arreglo de escuelas. De la misma manera que juntos con el presidente Macri decidieron hacerle pagar a los jubilados, con el robo de sus jubilaciones, la reducción de impuestos a los grandes empresarios.

Una noble versión de Robin Hood según la cual hay que sacarle a los pobres, para que nada cambie.

Finalmente, lo que muestra la “evolución” del presupuesto provincial es que lo único que hizo el gobierno es ahorrar en salarios estatales y en educación para transferir ingresos al pago de deuda y sostener la obra pública. En Mendoza no se generan nuevas riquezas. Se empobrece a trabajadores/as estatales y se pauperiza la educación para cumplir promesas de campaña y pagar a grandes acreedores. Gobernar resulta, así, bastante fácil.

 

#MásParaEducación

Es la campaña con la que pretendemos dar el debate que nadie da sobre la realidad de la educación. En la provincia donde proliferan las estadísticas sobre ausentismo docente o días de clase cumplidos, pero no se ve lo más obvio: la educación no es prioridad en los hechos.

Es un debate urgente. El propio Ministerio de Desarrollo Social de la provincia plantea que hay una relación directa entre hambre y ausentismo. Y extienden a 650 escuelas más, las raciones alimenticias. Fuimos quienes planteamos esa realidad y la primera respuesta oficial fue acusarnos de que nos comemos las tortitas en las escuelas.

#MásParaEducación nos incluye a todos/as: padres, madres y estudiantes. Una sociedad donde el 5% de aumento a un legislador son $5.000 y para un docente son $500 y para un celador son $400… no tiene derecho a decir que la educación es lo más importante.

#MásParaEducación es decirle al gobierno que por este camino las cosas no cambian. Sólo empeoran. #MásParaEducación es exigir que gobiernen para solucionar problemas. Y la educación es una de las respuestas más importantes.

#MásParaEducación no es una campaña de docentes y celadores: es de todos/as quienes creemos que la educación es una prioridad y exigimos, entre todos/as, que se gobierne en consecuencia. Es una campaña de las comunidades que ven cómo la educación se empobrece y quieren defender su futuro.

A esta campaña invitamos a toda la sociedad que apuesta por la escuela pública.

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