A las regresivas reformas dentro de las cuales se incluyen la tributaria, impositiva y previsional ya aprobadas, y la laboral en carpeta, se le suman los miles de despidos en la provincia de Buenos Aires y ajustes en el área de salud. Cuáles son las perspectivas y las tareas de los sectores combativos.
Panorama general
La situación del sistema público de salud viene en decadencia hace décadas y los últimos años de mandato del gobierno de los CEO’s van en sintonía. Si bien el presupuesto para este año para el área estima un leve aumento de 0,7% (de 5,6% a 6,3%) este queda muy por debajo de las necesidades del sistema.
Del diagnóstico inicial de la ex ministra de salud Zulma Ortíz, en el cual relataba que de los 79 hospitales públicos bonaerenses, 53 estaban en estado edilicio crítico (de los cuales 2 deberían demolerse antes de que ocurran graves accidentes), se pasó a una política de inversión en la infraestructura del sistema de guardia y a llevar el SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencia) a diferentes municipios de la provincia. Mientras tanto, los hospitales se siguen inundando, con riesgos de corte de luz y sin sistemas eléctricos de emergencia (como ocurrió en el HIGA San Martín de La Plata la semana pasada, poniendo en riesgo a pacientes en situaciones críticas), pero claro, las guardias aparentarán relucientes.
La inversión únicamente en el sistema de emergencia va de contramano con el aumento exponencial de las enfermedades crónicas no transmisible (problemas cardíacos, enfermedad de Chagas, diabetes, etc.), y con la falta de vigilancia epidemiológica y tratamiento de enfermedades infecciosas como tuberculosis o sífilis. En la actualidad no alcanzan los recursos ni las políticas sanitarias necesarias para combatir estos problemas de salud. Por el contrario, en un sistema de salud no basado en la mercancía, como el cubano, en el 2017 registró la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia, 6 puntos por debajo de la nuestra.
El plan del gobierno a largo plazo es imponer la reforma en salud, la Cobertura Universal de Salud (CUS), que funcionará como un seguro público para aquellxs que no tengan obra social ni prepagas; su consecuencia será la transferencia de ingresos públicos a privados, el desfinanciamiento del sistema público, la creación de una canasta básica de prestaciones (lo que elimina la gratuidad del acceso) y la precarización laboral para lxs trabajadorxs de la salud. Es decir reemplazar lo que formalmente es un sistema universal y gratuito por una cobertura para los que no tienen cobertura privada. Todo en pos de satisfacer las exigentes ganancias del sector privado de la salud.
Una porción importante de este plan se incorporará en la reforma laboral, con la creación de la AGNET (Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías), quien decidirá la canasta básica de prestaciones y qué tratamientos y estudios son adecuados para cada circunstancia; dentro de la AGNET participará el sector privado de la medicina, por lo que la vara será la relación costo/beneficio más que la del derecho a la salud.
Con múltiples conflictos abiertos los hospitales bonaerenses sostienen la actividad sobre los hombros de lxs trabajadorxs. En este sentido las áreas mas sensibles son la falta de pediatras en el Hospital Bocalandro, Eva Perón, Pacheco, Cordero, Grierson y Fiorito, o la falta de anestesistas en las localidad de Azul.
Además, la crisis sanitaria se traslada a los municipios, donde en 3 de febrero han despedido a 156 trabajadorxs, gran parte de ellxs del sistema de salud municipal. La situación se repite en Quilmes, donde han despedido a 500 trabajadorxs del municipio, entre ellxs a profesionales y otrxs trabajadorxs del Hospital Municipal Oller y de otras áreas sensibles como niñez, situación similar a la que ocurre en el municipio de Morón. Los profesionales de Necochea se encuentran en pleno plan de lucha por deudas a los trabajadorxs de 2 meses. Los múltiples despidos se repiten en otros municipios, agravando la situación de salud del conjunto del pueblo.
Situacion de lxs trabajadores
El panorama para aquellxs que trabajan en el sector salud es de más recrudecimiento de sus condiciones laborales. Actualmente el poliempleo, basado en los magros salarios del sistema público, favorece la precarización laboral y da vía libre al sector privado de salud a contratar profesionales en negro y con bajos salarios. La abundancia de cargos libres en el sistema público no es solo debido a los salarios bajos, sino que se combina con las malas condiciones laborales en los hospitales, las mejores condiciones en CABA y además por salidas laborales más redituables y con menos cantidad de horas, como el trabajo en ambulancias. Para colmo las paritarias de este año vienen siendo anunciadas con un claro techo de lo que el gobierno estima como inflación para el año, el cual sistemáticamente queda muy por debajo de la realidad.
La situación se agrava más debido al incumplimiento de las paritarias por parte del Ministerio de Salud. Dentro de las últimas negociaciones se acordó, después de múltiples paros y movilizaciones encabezadas por CICOP (Sindicato de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires) la incorporación de 800 becarixs a las plantas hospitalarias. Si bien consta como acuerdo paritario, el Ministerio viene incumpliendo los plazos y la cantidad de compañerxs a integrarse al sistema de salud de manera estable.
Por último lxs residentes de la provincia de Buenos Aires (trabajadorxs profesionales que realizan capacitación docente asistencial en servicio) se hayan en pleno conflicto debido principalmente a que la última propuesta de reforma de reglamento no lxs contempla como trabajadorxs de la salud, y por ende no se le realizan los aportes jubilatorios, ni asignaciones familiares, además de que quedan excluidos de derechos laborales fundamentales. Además, este conflicto esta acompañado por la falta de pago de lxs instructores que ingresaron durante los últimos concursos y por el intento de recorte de cupos para jefaturas de residentes.
Conclusiones y propuestas
Los recortes y ajustes en general y específicamente en el área de la salud solo podrán ser confrontados con el más amplio marco de unidad, que permita defender al pueblo de las políticas regresivas de este gobierno de y para lxs empresarixs. Los despidos y las reformas serán inversamente proporsionales a la restistencia del pueblo argentino, que ya dejo en claro en las jornadas del 14 y 18 de diciembre que no esta dormido.
En este sentido, consideramos que el Movimiento por el Derecho a la Salud es un espacio amplio y con buenas perspectivas para confrontar con la CUS. Es fundamental dotarlo de contenido a corto y mediano plazo y de más contundencia en la movilización de calles. Así mismo es fundamental que las organización políticas y sociales hagan carne las reinvidaciones en el plano de la salud para combatir con un único y poderoso puño. Por último es fundamental reforzar los espacios de base en nuestros trabajos, reforzar e interpelar a todxs nuestrxs compañeros para que participen activamente de los sindicatos en sus lugares de decisiones, las asambleas. Solo con democracia de base y lucha en unidad en las calles podremos torcerle el brazo al neoliberalismo.

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