Este 14 de diciembre la clase trabajadora ratificó que no está derrotada. Con masividad, con unidad de acción de todos los sectores opositores  y en las calles, llevamos a cabo una jornada histórica, que ha logrado dar un duro golpe al gobierno nacional y a los gobernadores. A los cómplices del despojo que representan el paquete de reformas antipopulares impulsadas desde el ejecutivo en favor de los empresarios

(Foto por M.A.F.I.A)

La experiencia acumulada de décadas de resistencia regresa a la memoria colectiva del pueblo argentino, con acción directa, con radicalidad y con la potencia de la unidad. Se reafirman los aprendizajes brindados por la lucha de clases, hoy más que nunca, presentes en la retina del campo popular.

A pesar de la militarización de la ciudad y una feroz represión que duró casi 9 hs con un saldo de más de 40 detenidxs (comandada por la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich), importantes contingentes obreros, delegaciones sindicales, de los movimientos sociales y partidos políticos de izquierda, colmaron la plaza del Congreso nacional para evitar la aprobación de la reforma previsional. La significativa movilización de los precarizados el día 13 de diciembre junto con el anuncio de concentración al día siguiente de un sector de la burocracia sindical presionados por sus bases obreras, establecieron los elementos de mayor peso político precalentando la jornada.

La contundente presión popular que resistió con firmeza los gases lacrimógenos y las balas de goma de la gendarmería logró un triunfo: la vergonzante sesión de la cámara de diputados fue suspendida.

Macri, envalentonado por el triunfo electoral de Cambiemos, se creía portador de un cheque en blanco al contar con el colaboracionismo del PJ, y el silencio de la CGT. Ante el revés legislativo tuvo que convocar de emergencia a todo su gabinete donde evaluaron definir la contienda mediante un DNU que, por ahora, quedó desechado.

La importante jornada de ayer coloca al gobierno nacional y a los empresarios en una encrucijada. Ya no basta con las campañas mediáticas para la construcción de hegemonía si no tienen el control real por abajo. Hasta el propio presidente declaró  días atrás que  si no se cumple el objetivo de  bajar el gasto público y el déficit fiscal el país podría estallar.

La movilización contra la reforma previsional coincidió además con el cierre de la cumbre de la OMC, que pasó sin pena ni gloria, sin poderse lograr ningún acuerdo.

Tampoco el gobierno pudo presentar allí el tan promocionado acuerdo UE-Mercosur. Así el gobierno culmina su primera cumbre como anfitrión de los capitalistas del mundo con una postal que a toda costa quería evitar en su objetivo de atraer las ansiadas inversiones: un pueblo en las calles, dando pelea a las reformas estructurales que se quieren hacer en beneficio de los intereses del capital.

Frente a sus planes, se opone la unidad de acción del campo popular y el rechazo de sectores de trabajadores que ven el peligro de perder como arena entre los dedos sus conquistas históricas. Son momentos bisagras tanto para el trabajo, como para el capital, que busca a como dé lugar que el impacto de la crisis recaiga sobre nuestras espaldas bajando los costos laborales, incrementando la precarización, reduciendo el gasto público y avanzado sobre la salud y educación  pública en favor del sector privado.

Por su parte la CGT con varias idas y vueltas sigue amenazando mediáticamente en conferencia de prensa con un paro nacional de aprobarse la ley, pero por ahora el poncho no aparece.  El triunvirato, mantiene su posición de total genuflexión hacia la patronal  y una  displicente distancia de cualquier actividad que signifique defender los derechos de quienes dicen representar.

La unidad de acción alcanzada, marca el camino para frenar el ajuste y en ese sentido es muy importante el rol del conjunto de la izquierda anticapitalista marchando adelante frente a la avanzada patronal. Pero este inicio de lucha, este inicio de unidad de acción no puede rematar el pasado. No pueden ser los viejos partidos patronales sea en su versión populista o abiertamente neoliberal los que sigan dirigiendo los destinos del país.

Puesto que no es un  hecho accesorio o una anomalía el colaboracionismo en la implementación del ajuste junto al macrismo, de gobernadores, senadores y diputados provenientes de las filas del PJ, sino que demuestra su verdadera matriz política e ideológica.

En las próximas semanas continuará la ofensiva gubernamental. Desde la izquierda y los sectores combativos nos tenemos que preparar para redoblar nuestros esfuerzos en construir un gran  paro nacional activo contra las reformas y el despojo hacia nuestros jubilados. Llamamos a defender el derecho a manifestarnos, llamamos a defender todas nuestras libertades democráticas en las calles y con más lucha.

 

Rechazamos la política del gobierno que está colocando al país a las puertas del estado de excepción.

Exigimos la renuncia de la ministra Patricia Bullrich.

Libertad inmediata a todos los presxs por luchar.

A las reformas antipopulares las frenamos en la calles.

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