Asistimos, junto a organizaciones sociales, populares y de derechos humanos, a la primera Marcha de la Gorra (MDLG) en la Ciudad de Buenos Aires. La movilización se hizo desde Avenida de Mayo y 9 de julio hasta el Congreso. Además de la lectura del documento que denunciaba la profundización de la represión, hostigación y persecución a lxs pibxs en el barrio y las víctimas del gatillo fácil; el cierre estuvo a cargo de un festival musical.

La Marcha de la Gorra nació en 2007 en la provincia de Córdoba con el objetivo de denunciar las políticas de represión y responder con cultura y organización popular. El objetivo era dar respuesta al «aumento desmedido de la violencia y persecución policial hacia la juventud, las disidencias sexuales, los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, y todo aquel que saliera a las calles para manifestarse y luchar por sus derechos». Este año, la MDLG llegó a Buenos Aires y a San Fernando del Valle de Catamarca. Ya se realizaban en las ciudades de Río Cuarto, Mina Clavero, San Francisco, Villa María y Villa Nueva, Sierras Chicas, Jesús María y Colonia Caroya, La Plata, Tandil y Mar de Plata.

Decenas de cientos de personas marchamos en la Ciudad de Buenos Aires para visibilizar que, tal como rezaba la bandera, «Cuando la gorra crece, nuestros derechos desaparecen». En la cabecera, estaban los familiares de lxs pibxs víctimas de gatillo fácil. Aquellos que no bajan los brazos, que su rabia la han transformado en lucha.

Tras dos años de Cambiemos, la lectura fue clara: una crítica a la política represiva, del gatillo fácil, la violación a los derechos humanos y la persecución a los distintos movimientos sociales. Lxs pibxs en los barrios, las comunidades de pueblos originarios, los docentes, movimientos populares, trabajadorxs despedidos; este año, todxs y cada uno de ellxs han sido testigo que al salir a la calle, las fuerzas de seguridad reprimen. Acompañado por el discurso de «inseguridad» instalado en los grandes medios de comunicación junto al gobierno de turno, se legitiman los palos y balas que recibimos de los uniformados a diario.

Con políticas de ajuste, la represión en cualquiera de sus expresiones, no se hizo esperar y se profundizó. Pero como cada marcha en la salimos a exigir justicia por nuestros pibes y nuestras pibas asesinadas en manos de las fuerzas represivas, seguimos gritando: que más policías es más represión. Que somos blanco de esas armas que buscan callarnos, porque molestamos al poder de turno que ellos cuidan y los avalan.

El Gobierno de Cambiemos pretende con sus políticas hambreadoras y su consecuente política represiva mantenernos callados y pasivos, en las calles y en muchos puntos del país, mostramos una vez más que la única salida posible para enfrentar al Macrismo está en las calles, saliendo a luchar contra los que nos quieren arrebatar el sueño de un país mejor.

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