Las elecciones del 22 de octubre dieron cuenta de el avance y consolidación de Cambiemos como primer fuerza a nivel nacional superando el 40% de los votos. La coalición política que conduce Mauricio Macri no sólo triunfó en los principales distritos donde había ganado ya en las PASO, sino que logró numerosas victorias frente al peronismo en distritos nacionales clave, dando vuelta los resultados previos, como fue en Buenos Aires, Santa Fe y Salta. Su consolidación se da con la victoria en la Ciudad de Buenos Aires y 12 provincias, que muestra su crecimiento más allá de los núcleos urbanos donde había tenido originalmente su principal base social. El blindaje mediático y las distintas operaciones montadas sobre el caso, fueron clave para que la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado unos días antes de las elecciones no repercutieran negativamente sobre el gobierno, pese a su evidente responsabilidad e, incluso, a las groseras declaraciones de sus funcionarios y candidatos, como Elisa Carrió.
Los resultados obtenidos en los comicios le otorgan un espaldarazo al gobierno nacional para impulsar las reformas estructurales que venía anunciando. Aún sin tener mayoría en las cámaras logra aumentar la bancada oficial y, dado el nivel de acompañamiento que tuvo previamente por parte de otros bloques en sus primeros dos años de gestión, nada hace pensar que vaya a haber una oposición parlamentaria significativa. El 2018 será, por lo tanto, el año de las reformas estructurales que se intentarán aplicar desde el gobierno. En ese sentido, Macri ya ha anunciado que se reunirá en los próximos días con gobernadores, dirigentes empresarios y sindicales y representantes de los poderes legislativo y judicial, con el objetivo de comenzar a imponer su agenda. Desde luego, las medidas de ajuste postergadas para luego de las elecciones se impulsarán de inmediato provocando más sufrimiento al pueblo trabajador. En un marco en el cual la inflación no se detiene, ya han aumentado los combustibles y próximamente sucederá lo propio con servicios y transporte. La política de endeudamiento brutal que se viene desplegando desde hace algunos meses, le otorgará un plafón de recursos para tratar de morigerar las consecuencias de dicho ajuste.
Como contraparte, la principal fuerza derrotada fue el peronismo en sus diferentes variantes. Como principal figura, Cristina Kirchner fue finalmente vencida en la estratégica provincia de Buenos Aires. Ya sin maniobras de carga de datos, la derrota fue real y por varios puntos. La apuesta de mantener la “paz social”, evitando ganar las calles y preservando una lógica institucionalista, no le sirvió a Unidad Ciudadana para imponerse en el terreno electoral como esperaba. Si bien Cristina Kirchner logra acceder a una banca en el senado, sólo podrá armar un bloque débil, desde donde intentará, sin embargo, sostenerse como la principal figura de oposición. La crisis de liderazgo surgida en el peronismo luego de la derrota del 2015 no logra encontrar figuras que puedan reunificar y encolumnar la tropa. El massismo también salió derrotado, perdiendo votos a manos de Cambiemos, quedando cada vez más reducida la “ancha avenida del medio”. Peor aún fue la campaña y el desempeño de Randazzo quien, al frente del PJ, a penas superó el 5%. Otras figuras como Urtubey y Schiaretti, también fueron derrotadas en sus territorios por los representantes de Cambiemos, abonando a la crisis del justicialismo. En definitiva, salvo alguna excepción particular, todos los principales referentes del PJ, han sido derrotados, por lo que no existe en sus filas ninguna claridad sobre quien puede asumir el liderazgo vacante. Las internas en el peronismo prometen recrudecerse, en este marco, en la medida en se acerquen las presidenciales de 2019.
A su vez, en este marco de fortalecimiento de la derecha, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores logró buenos resultados a nivel nacional superando 1.300.000 votos. Esto le permite incorporar dos diputados por la provincia de Buenos Aires en el congreso nacional y numerosos legisladores/as en otras provincias y municipios. Con porcentajes destacados como el de Jujuy (20%), Santa Cruz, Mendoza y Salta, muestra su consolidación como fuerza que expresa una referencia de la izquierda anticapitalista en el plano electoral.
En definitiva, es indudable que Cambiemos ha encontrado en estas elecciones el espaldarazo que buscaba para avanzar con las reformas estructurales que tiene en agenda. Frente a esto, vemos la necesidad de fortalecer la perspectiva de la unidad de acción del campo popular tras un claro programa de resistencia frente a la represión y las políticas neoliberales del gobierno. Para esto se requiere, sin dudas, dejar a un lado los sectarismos que han estado presentes desde distintas corrientes, tanto en el kirchnerismo como en la izquierda, en el último tiempo.
Al mismo, por otra parte, también se vuelve fundamental, fortalecer una alternativa política de la clase trabajadora que, anclada en una posición de independencia de clase, logre levantarse como una referencia para amplias masas trabajadoras y populares. Es tarea pendiente, en ese sentido, poder dar un debate franco en torno a necesidad de ampliación del FIT hacia otras expresiones y tradiciones de la izquierda. La crisis del peronismo se prolonga y es una oportunidad para que la izquierda se constituya en referencia para miles de trabajadores/as y jóvenes.

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