El domingo 15 de octubre se desarrollaron las elecciones para gobernadores en Venezuela. El chavismo se impuso frente a la oposición derechista de la MUD, obteniendo 17 de 23 gobernaciones, lo que representa un nuevo revés a los planes del imperialismo.

Las elecciones para gobernadores en Venezuela representaban una nueva parada en el enfrentamiento que se desarrolla entre el pueblo venezolano y su gobierno, de un lado, y la oposición derechista, encabezada por la MUD, y el imperialismo yanqui, del otro. El resultado representa, por tanto, un serio revés para quienes pretenden ubicar a Caracas tras los planes de los EEUU, en sintonía con la avanzada neoliberal que se extiende en toda la región.

El chavismo se impuso con un 54% de los votos a nivel nacional, en un elección en la cual participaron más de 6,5 millones personas. De esta forma, queda al frente del gobierno en 17 de los 23 distritos, incluyendo Miranda, que era un importante bastión de la derecha local. La oposición, por su parte, se quedó con la gobernación del estado petrolero de Zulia, de Mérida y Táchira. Estos tres estados donde se impuso la oposición podrían convertirse en una «medialuna» de la reacción donde se agraven las provocaciones paramilitares aprovechando su ubicación en la frontera con Colombia.

Dicho eso, en un cuadro más general, la oposición derechista llegó a estas elecciones debilitada después de intentar forzar la salida de Nicolás Maduro del gobierno mediante movilizaciones y acciones violentas que se extendieron por más de 100 días, e incluyeron la realización de un falso plebiscito. A pesar de esa feroz campaña desestabilizadora, que contó con un gran acompañamiento de las corporaciones mediáticas, la MUD no sólo no logró imponer la caída del gobierno sino que fue derrotada de forma rotunda en las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente, que se encuentra en funciones actualmente. Desde aquel momento, se ha visto reducida su iniciativa política y han resurgido sus internas.

Sin embargo, es cuestión de tiempo para que el imperialismo retome sus planes desestabilizadores. La crisis económica, alentada por el desabastecimiento que promueve el gran capital, golpea con crudeza a los sectores populares y apunta, también, al desgaste del movimiento popular.

Saludamos este nuevo paso del pueblo venezolano, con el cual el movimiento y las organizaciones populares se impusieron una vez más sobre las fuerzas del imperialismo y la derecha. Para que el proceso avance con una perspectiva revolucionaria es fundamental redoblar el protagonismo de las y los trabajadores, fortalecer todas las instancias de poder popular y comunal para enfrentar la corrupción que existe en distintos niveles del Estado y avanzar en un mayor control de los principales resortes de la economía, contra los intereses de los especuladores y el imperialismo.

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